domingo, agosto 16, 2009

Un día magnífico.

Fue el 11 de mayo del año pasado.
Oficialmente ese día celebraríamos en casa mi 40 cumpleaños con la familia.
Matizo lo de oficialmente por que así me lo hicieron creer en todo momento ya que la realidad seria otra de la cual yo ni me estaba enterando.
Estaba prevista una fiesta sorpresa en el jardín de casa, pero un día lluvioso, hizo que rápidamente Amparo, mi mujer, tuviese que poner en marcha el plan B.

A mi me mandaron junto con mi hermano y mi madre a recoger unas cosas de la casa del Mas, y yo, ignorante de mi, tragándomelo todo.
Una vez ya todo cargado en el coche de mi hermano, una llamada de Fernando al móvil me hacia ponerme nervioso, habían entrado a robar en el casal, me dijeron que Carla y Ximo ya estaban de camino, pero que no estaría de mas que me pasara por allí. Apostaba mi mujer a caballo ganador ya que sabía que haría desviarse a mi hermano para que pasásemos por el casal.
Una vez allí la puerta medio abierta, y Fernando fuera, diciéndome así se la había encontrado mientras paseaba con el nano, y que pasásemos que la policía ya había venido y que tenía que volver a venir.
Una vez dentro, la cara de acojono me cambió por la de “¿que coño es esto?” El casal lleno de gente, mi familia, mis amigos mas íntimos, mis amigos de la falla, mis amigos de juventud, todos allí cómplices de uno de los días mas grandes de mi vida. No hizo falta gritar el ¡¡¡¡SORPRESA!!!!, creo que les bastó con verme la cara.
Y llegó la hora de los regalos, ya el simple hecho de la fiesta era el más grande que uno puede imaginar. Pero aún quedaba más. Uno de esos regalos que te llegan a lo mas hondo fue un simple llibret, realizado por Tofolet, y que forma parte de mi particular colección como la pieza mas valiosa de las que tengo. Llibret que aquí me os presento y que os garantizo que en mi casa esta guardado como el mayor de los tesoros.

Y cuando ya me había repuesto de los sobresaltos, un “Ferran, vete a ver que están haciendo los nanos”, lo admito ese día me las metieron doblada cada vez que quisieron, dio paso a mi regreso de nuevo al interior del casal a otro de los mejores regalos que he recibido y recibiré en mi vida, mi propio Ninot, realizado por Miguel y José y que recogía la esencia de un servidor. No me imagino las peripecias para esconderlo en el taller y que no lo viese cuando yo los visitaba.

Un gran día que me sirve, cada vez que lo recuerdo, ver que uno tiene muchos y muy buenos amigos, que al final eso es lo realmente importante.

Muchas gracias a todos por el magnifico día que me hicisteis pasar, sobre todo a Amparo, mi mujer, la culpable de que todo fuese simplemente magnífico.



Un llibret único.


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