Quiero una Falla del niño gilipollas que quería volar

Lo último del Niño Gilipollas

El pasado 14 de marzo, mientras preparaba la plantà de los monumentos falleros de la comisión a la que pertenezco, así como a mitad mañana sonó mi móvil, y era mi "pareja de hecho fallera" (Tofolet) que me decia que teníamos la visita Manolo, Hernán y Quique, que se habían desplazado a Torrent para ver in situ, ya que en plenas fallas les seria muy difícil, algunos de los monumentos que se iban a plantar las pasadas fallas.
Tras pasar por la Falla de la Avinguda, se acercaron a la Falla de Ángel del Alcázar, y ya decidieron acercarse hasta nuestro casal, ya que aun no habían mas monumentos en la calle, y tomar un refresco y ver lo que en breves horas íbamos a levantar nosotros.

Mientras tomábamos un café en "El Masero", Manolo comenzó unas de sus habituales lecciones magistrales de "malalt de falles", arropado por su inseparable en estos menesteres Hernán. Comentaban lo que ya se veía en el cap i casal, adelantaban lo que íbamos a ver a partir del 16, el teléfono de Hernán sonaba ya que tenia que ultimar detalles tanto en su comisión Duque de Gaeta como en Nou Campanar.
Como siempre en estas situaciones, lo reconozco, se me cae la baba escuchándolos.
Y Manolo soltó una de sus típicas frases de filosofía fallera, que sientan generalmente como una patada en los "webs" de los "fallerosdetotalavida":

"Para algunos las fallas son mucho más que algo que tener para pegarle fuego una Fallera Mayor el 19 de marzo".

Explico que para la "colla de malalts de falles", generalmente cuando usamos el termino Falla nos referimos a lo que algunos denominan "monumento fallero" ya que entendemos que lo que nos da el nombre a nuestra fiesta y nos diferencia de otras, es precisamente eso, la Falla. Hecha esta breve explicación, continuo con el relato de aquel café.
Por supuesto que los allí presentes coincidíamos plenamente en esa apreciación, pero no únicamente desde el punto de vista artístico, ya que no era a lo que se refería Manolo, ya que además del valor artístico (que esta claro que si lo tiene mucho mejor) a aquellos 5 reunidos casualmente en tertulia fallera, no entendemos una Falla sin que transmita un mensaje, bien sea de crítica, de sátira, de reflexión o reivindicativo, pero tal como dijo Vicente Almela en una de las charlas de la Federación con Especial Ingenio y Gracia, "Una falla muy bonita, muy artista pero que no transmita un mensaje, es como un libro encuadernado de lujo pero con las hojas en blanco".

Pero si además la Falla consigue ser el centro del ejercicio fallero, cuyo lema es el motivo de las diferentes actividades que una comisión realice, eso (desde mi peculiar punto de vista siempre) ya es la "repera", ya que indistintamente de la categoría de la actividad, bien sea lúdica, festiva o cultural, que todas son necesarias en nuestra fiesta, hace que el monumento se convierta (sin necesidad de tener un excesivo presupuesto) en aquello entorno a lo que gira la fiesta, insisto que no me refiero al valor del monumento, lo que permite que comisiones humildes sean consideradas "monumentalistas" ya que dentro de sus posibilidades tienen como centro de la fiesta a la Falla.

Después de soltar este rollo (principalmente para que algunos entiendan mi forma de entender las Fallas) me gustaría pedir que alguien se atreva a realizar una Falla sobre el niño gilipollas que quería volar, he descubierto por casualidad el blog (bueno por ser un lector de blogs de mi ciudad) y pienso que seria un excelente protagonista de una falla (ya puestos a pedir, mayor) una de esas Fallas que aquel 14 de marzo reivindicamos aquellos 5 "malalts de falles" que casualmente tuvimos una tertulia sobre fallas tomando un café en "El Masero".