Escrito por M. Andrés Zarapico
Un buen amigo mío contesta lo siguiente cuando le preguntan cómo está: "como un pollo "a l'ast", calentito, peladito y dando vueltas". Ole. De esta forma castiza y simpaticona subraya un posible enfado, una falta de peculio y que se encuentra desubicado y/o mareado. Como un pato mareado, me permito añadir.
¿Que por qué hago tanto símil plumífero y canalla nada más comenzar el curso? Pues porque estamos como pollos "a l'ast", y eso, permítanme que lo diga, no es cosa baladí. Clama al cielo, diría yo.
Por partes. Empezábamos el mes con una rasgada de vestiduras a lo tremendo porque a la Junta Local Fallera de Torrent se le ocurría llevar a sus candidatas a FFMM a pasar un día a Calvestra, esa granja escuela que año tras año aporta el Grupo Educativo Iale-Elians a la elección de las cortes de honor de Valencia y que tanto juego proporciona a los jurados.Los torrentinos, con un tino más que acertado, optaron por una jornada lúdica en Calvestra, pero alguno quiso entender que el asunto conllevaba "pruebas físicas" para las candidatas. ¡Ahí estamos, si señor! Póngale usted un tronco de árbol sobre los hombros a las candidatas a lo "Rocky IV" y mándelas a los Urales rusos a ponerse como bueyes de tiro y arrastre. Obviamente, la polémica se sirvió calentita y en bandeja de plata durante unos días, propiciando que programas de televisión de ámbito nacional se interesaran por la actividad. Vamos, que hasta llamaron del programa de Ana Rosa. ¡Nunca un rocódromo con falleras había dado tanto juego! La explicación: el sonrojante desconocimiento y la profunda desconfianza que en ciertos sectores todavía provoca el hecho fallero.En eso de dar vueltas... todos o casi todos. Que las Fallas reciben a menudo estopa desde fuera del colectivo es una verdad como un templo, pero no debemos ser maniqueos en nuestra postura jamás, porque entonces no veremos al otro enemigo, el más sibilino de los agentes dobles que ni la imaginación de Frederick Forsyth hubiera sido capaz de crear. Hablo del propio fallero.
En la presentación del Concurso de Teatro de JCF que tuvo lugar en el Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Colón se habló mucho del "agente doble". Falleros que ningunean el teatro hecho por sus propios compañeros de comisión, privando a los actores de la única recompensa que se concede encima de un escenario, y que no es otra cosa que el aplauso. Asimismo, hay comisiones que consideran que tener un presupuesto para teatro es malgastar. Pero el dispendio en malta, lúpulo, picatostes y fruslerías... ése que no falte nunca. Que no falte de ná. Pero al teatro, en algunos casos, ni agua. Y encima casi todos somos ya miembros de "asociaciones culturales".
Dirán que soy exigente. Pues sí. El caso es que hay grupos buenos y mejores, autores valencianos que escriben en idioma valenciano. Actores y actrices de campanillas. Producciones que perfectamente podrían estar en los circuitos comerciales. Pues les digo que sí a todo, empezando por lo primero. Hay que ser más exigente y con un objetivo claro. Tapar definitivamente la boca a aquellos que adjetivan con mala leche nuestro teatro como "fallero" para despreciarlo de mala manera. Apunten esto, el nuestro es teatro hecho por falleros, y además es también el mayor certamen amateur de Valencia. Un auténtico orgullo. Para mí lo es. Será porque amo el teatro y amo las Fallas. Será.
Y para poner la guinda al pastelazo lo diré directamente: vamos todos muy "peladitos". En eso sí que nos ponemos de acuerdo, que la cosa está más apretadita que las filas de la ofrenda, pero pese a la falta de recursos económicos, menguados por las bajas o la falta de apoyo económico de marcas comerciales, la sangre está muy lejos de llegar al río. De hecho casi ni hay. Ahora bien, habrá que ver la clasificación de fallas qué nos dice en octubre. Se intuye la bajada en la sección Especial, y también en las primeras de la lista, las de la plata y tal vez las segundas, pero por lo que comentan tanto artistas como las comisiones, a partir de ahí todo va a seguir más o menos igual, eso es lo que se deduce de las conversaciones y los comentarios. O no. Al final de la corrida todo dependerá de si el boli tenía el símbolo de la resta a la hora de rellenar la casilla del presupuesto en los contratos. En tiempos de crisis, más que nunca, la gente quiere llevarse al casal un palet con el número uno bordado prístinamente por Llobe. ¿Y quién sabe?
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