La verdad que me gustaría aceptar la postura fácil que versionando el refrán “cuando la pobreza entra por la puerta, el amor sale por la ventana”, asumir que el problema es “cuando la política entra por la puerta, las fallas salen por la ventana”.
Pero objetivamente no puedo asumir como verdadera mi reinvención del refrán, ya que por suerte he podido comprobar excelentes gestiones falleras realizadas por políticos de los unos, de los otros, y hasta de los de más allá. Incluso en mi día a día fallero comparto opiniones e ideas (falleras por supuesto) con gente de los unos, de los otros y de los del más allá. Lo que me lleva a poder afirmar que no es cuestión de la política, sino de las personas, y lamentablemente las hay que son muy malas personas.
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