Hay hechos que no se pueden olvidar
Foto: Cristina Bea |
Es curioso
con que claridad se recuerdan los detalles en algunos momentos de la
vida.
Voy a contar
una historia de un hecho real que no me dejó dormir la noche de la
plantá pero me hizo descansar durante todas las fallas (lo que te
dejan descansar) porque en este caso el fin justificó los medios.
Allá voy.
Terminábamos
de de rematar La esperanza es un espejo colgado del futuro,
quedábamos tres personas, Ferran, Isabel y yo. Poco antes le había
preguntado a Ferran si Rober (Nicolás Andreu) tenía preparado el
libro de firmas que íbamos a poner al pie de la falla, me dijo que
no podía hacerlo porque aún andaban liados en la plantà de la
falla.
Limpiamos la
arena y pusimos las vallas alrededor de la falla. Nos quedamos unos
momentos observando nuestra criatura ya plantada, Ferran y yo nos
miramos y sin decir nada nos fuimos hacia su coche para marcharnos a
casa con el sabor del deber cumplido.
Entramos
en el coche y le pregunté, ¿no se
va a quedar nadie?, los dos
estábamos reventados y necesitábamos descansar, así que decidimos
irnos.
Por el
camino hacia casa le dije si bajábamos a Nicolás Andreu por si
necesitaban alguna ayuda, por si las cosas se le habían complicado.
Nos
dirigimos a Nicolás Andreu, allí estaban los artistas rematando la
falla y Carlos, el presidente de la falla acabando los pallassos para
el concurso que organiza nuestra falla. Todo estaba controlado allí,
Carlos nos dio las gracias y nos volvimos a casa.
No dejaba de
pensar en que la falla se quedaba sola. Ferran me dejó en la avenida
y de camino hacia el patio de mi casa me vino a la mente una
experiencia que recordaré toda mi vida.
Os cuento.
El sábado
día 10 de marzo, es el día en que la falla Cronista fue a la
mascletà con la Xaranga L´Enramà. Habíamos quedado a las 11h en el
metro de la Avenida para salir todos juntos hacia Valencia. El día
de antes Langui nos había confirmado que venía a pasar algunos días
con nosotros en fallas y tenía que buscarle un piso para que pudiera
hospedarse.
A las 8:30h
salí de mi casa en busca de un amigo que tenía un piso que
intentaba alquilar, si no lo tenía alquilado podía hospedarlo allí
ya que estaba muy cerca de la falla y le vendría muy bien dadas sus
limitaciones. Acababa de abrir el kiosco de su propiedad, al ser
temprano le propuse tomar un café y allí que fuimos (quiero darle
las gracias por ofrecerlo sin ninguna condición).
Mientras
tomábamos café el repartidor de los donuts llegó y se fue a
atenderlo.
Junto a mi,
en la terraza del bar estaba tomando un café con leche una mujer de
aproximadamente 35 o 40 años, que leía el extra de falla del
Levante en su edición l´horta, estaba mirando la primera hoja,
donde salía nuestra escena del maltrato a la mujer.
Me
levanté a por tabaco. Yo llevaba puesto el polar azul de la falla,
donde detrás pone el nombre de nuestra falla. Saqué tabaco y volví
a mi sitio en la terraza, tomé un sorbo de mi cortado y escuche una
voz muy tenue, casi con miedo diciéndome perdona…
Me
giré, la miré y le dije es a mi?,
ella asintió con la cabeza.
Eres
de la falla Cronista? me preguntó.
Le contesté que si. Le explique que era el copresidente y el
conjunto del proyecto.
Sois
un verdadero ejemplo me dijo, y le
dí las gracias.
Enhorabuena
continuó ella, y gracias por
acordaros de las mujeres que sufrimos esto
(señalado la escena del maltrato a la mujer).
No
tuve capacidad de reacción, noté como la sangre se me paralizó y
solo fui capaz de mirar al suelo. Me tome de un golpe todo el
cortado, fui dentro del bar a pagar y salí dispuesto a irme. Cuando
pasé junto a ella instintivamente, muy suavemente le puse la mano en
el hombro, pero no quise mirarla, para mi las victimas no tenían
rostro, eran impersonales pero era mucho mas dura la realidad.
Seguí
mi camino, y ella volvió a hablar el
día 16 por la mañana iré a verla antes de irme a trabajar, madrugo
mucho. Continué andando sin
girarme a mirarla.
Era la
noche de la plantá y estaba en el portal de mi casa, recordando ese
momento, me paré y me fumé un cigarro pero no podía dejar de
pensar en esa mujer y en que la falla
estaba sola.
Me
dijo que iría a verla esta madrugada!...
Busqué las
llaves de mi coche en la cazadora, busqué mi coche y me subí a la
falla. Aparqué en el vado de carga y descarga junto al monumento,
salí del coche y le volví a dar la vuelta a la falla, todo estaba
bien, volví a fumarme otro cigarro.
Hacía
frío y me metí en el coche. Pasaron cantidad de coches que paraban
junto a la falla sin bajar, nadie salió del coche para verla.
A las 6:32h
una moto scooter paró delante de mi, era la silueta de una mujer.
Bajo de la moto, miró la falla, se quitó el casco y cruzó al
paseo.
Era ella, la
mujer que me había quitado el sueño. Salí del coche, fui hacia el
principio de la falla, aparté las vallas del inicio del monumento,
para que pudiera entrar.
Buenos
días nos
dijimos mutuamente y no volvimos a mediar palabra.
Hizo
el recorrido de toda la falla escena por escena deteniéndose a leer,
mientras yo esperaba en las vallas del inicio del monumento. Se
detuvo mucho tiempo en la última escena “el maltrato a la mujer”,
yo seguí esperándola, no quería molestarla en su particular
martirio.
Salió
de la falla y sin mirarnos ninguno de los dos comprendimos que había
dolor, ella volvió a hablar de espaldas a mi gracias.
Cerré la
valla, ella se puso el caso, encendió su moto, arranco y volvió a
parar un momento a la altura de la escena del maltrato a la mujer,
luego continuó su camino.
Volví a
entrar en el coche. Ahora tenía una sensación de tranquilidad
absoluta y comenzó a entrarme el sueño.
A las
7:15h vi a un fallero llegar, era mi momento, ahora podía irme
tranquilo a dormir, se quedaba vigilada la falla y yo tenía la
sensación del deber cumplido.
1 comentario:
Desde La Asociación Cultural Peregrinos a Santiago tambien queremos dar las gracias a la Falla Cronista de Torrent por la gran iniciativa en su monumento fallero de 2012 "la esperanza es un espejo colgado en el futuro" Un millon de gracias de todo corazon y esperamos que el proximo año nos volvais a sorprender.
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